Las lágrimas de Tokio, una nueva ilusión y otra decepción. El deporte, más cruel que feliz para sus propios actores, dejó a Niko Shera sin medalla olímpica en los Juegos de París 2024. El judoka nacido en Tblisi y afincado en Madrid desde muy tempana edad será, siempre, uno de los grandes en el arte marcial patrio, pero en el gran escenario todavía no consigue ese salto. Sherazadishvili cayó en la final de la repesca de los -100 kilogramos al caer con Muzaffarbek Turoboyev por dos waza-ari casi consecutivos. El duodécimo combate por el bronce que pierde España. Casi nada.
Se quedó a las puertas de cerrar ese merecido paso al frente. Porque Shera vivió un ciclo olímpico de reinvención constante. De Tokio salió destrozado, tras aterrizar como número 1 del ránking mundial y siendo bicampeón mundial. No pasó de la primera ronda de la repesca, donde volvió a aterrizar en París 2024 con un desenlace igual de cruel. Tras otra reinvención, al subir de categoría de peso y recuperarse de una gravísima lesión de rodilla en el Masters de Jerusalén de 2022.
Lo rozó, en un día inccómodo para Shera en los Champs de Mars. El majestuoso coliseo construido en pleno centro de París aguarda para su mito Teddy Riner, pero sigue llenando todas las pruebas. Y allí Shera fue vivió una montaña rusa de emociones. Hasta tener que entregar la cuchara.
Paso por la repesca
La mañana empezó bien porque remontó, con seriedad y sin ningún apuro pese a lo que podía aparecer, al húngaro Zsombor Vos. Sin caer en sus provocaciones con el tiempo y sabiendo sacar el ippon. Después llegó el drama, que arrancó al caer con el suizo Daniel Eich, tras un waza-ari y no salir beneficiado de los shidos.
La batalla le llevó a Wolf. El chico, con familia muy vinculada a los Estados Unidos de América y referente en Japón tras ser oro en Tokio. Todo un muro y la batalla se fue a más de los dos minutos y medio del ‘Golden Score’. Niko supo reponerse una y otra vez, y dentro de ese añadido sacó un fabuloso ‘ippon’ que dejaba fuera al defensor del metal. El éxtasis para Shera, en una final por medalla de bronce.
La batalla final
Con tensión para cortar con un cuchillo, salió más agresivo Turoboyev. Pronto consiguió agarres y Shera desde el inicio contó con un shido. No cambió el plan del asiático, que siguió empujando para mantener sus agarres y toda la ventaja. Poco a poco fue reduciendo su espacio, hasta que firmó un waza-ari para abrir la batalla.
Turoboyev tornó en una tormenta perfecta. Mantuvo la presión, Shera no pudo contactar y con toda la agresividad del mundo, el uzbeko cerró la pelea. Otro waza-ari, en esta ocasión empujando con fuerza hacia el pecho para terminar de rendir a Niko.
El fin del mundo. Una derrota dura, por cómo le había acompañado la épica hasta la pelea por el bronce. Sin poder cambiar de ritmo ante el gigante uzbeko, que supo cómo cerrar una medalla que vuelve a esquivar la dirección de Shera.
Fuente: https://www.marca.com/juegos-olimpicos/judo/2024/08/01/66ab954b46163f0d1c8b45b3.html